viernes, 30 de enero de 2009

Safira


Querido Andrés:

Me permito enviarte, por si pudiera interesar a tu blog,
la foto de la hijita de un amigo marroquí de París,
Omar Berrada. La beba tiene el maravilloso nombre de
Safira. En la foto podés verla mordiendo el DVD, edición
francesa, de "Ronda Nocturna"... Mahoma la proteja.

Abrazo,
Edgardo

jueves, 29 de enero de 2009

La hermana de Güiraldes y el canillita

por José Rivarola

Hola Andrés: Estos días pasados en Ibiza eran para que vengas corriendo con la cámara, las olas tapaban islas de más de 15 metros y el viento estiraba los árboles y era poético y a la vez te hacía pensar en el fin del mundo y esas cosas reconfortantes cuando se supone que si explota esta pera nos vamos todos de un saque y a otra cosa mariposa. De todos modos sé que en algún momento vas a venir, con o sin cámara, pero estaría bueno verte de nuevo con la digital con cuidado de que el sol tan fuerte del mediterráneo no te arruine las tomas. Aquí te envío otro fragmento de la impredecible Madame Mamita donde figura el dialogo y el comentario que con Rama tuvimos sobre Lolita (hermana de Ricardo Güiraldes) y la anécdota del encuentro de sus hijos con Antín. Hay un cambio curioso en Rama que se refleja en sus protestas. La secuencia (hablo en términos cinematográficos) empieza con mis comentarios sobre Rosaura, la novela rosa que Guiraldes se mandó como regalo a Lolita ya que su padre le censuraba las otras novelas por tener un alto grado de erotismo. (¡Mama mía!)
fuerte abrazo
José


Fragmento de Madame Mamita

Hay un sarpullido de adjetivos empalagosos, cuesta leerla en estos tiempos, pero uno debe ir hacia 1914 y meterse en el sentir de un joven romántico, aunque ya tenía suficiente madurez después de todo lo que trajinó por Europa y Asia, para escribir estas cosas. Pero bueno, no juzgar, no era para mí, era para su querida hermanita, y la pobre Lolita habrá llorado piscinas. Años después, Lolita se casó con un personaje de la Aeronáutica argentina, Vicente Almandos Almonacid, un piloto fuera de serie que en 1913 se enrola en la Legión Extranjera y más tarde se convierte en un héroe de la guerra del 14, ascendiendo a sargento de la Aeronáutica, condecorado por sus hazañas en el combate con monoplanos. Muchos años después ofrece sus servicios de piloto de guerra al Paraguay en la guerra del Chaco, y era tal su fama que, según cuentan, los paraguayos lo recibieron como el mesías. Almonacid fue compañero de vuelo de Roland Garros, de Jean Mermóz, y de Antoine Saint Exupery.

Tuvo con Lolita cuatro hijos, Esmeralda, Vicente, María y Ricardo. Cuando apenas la mayor de los hijos tenía siete años, Lolita se fugó con su amante, un vendedor de diarios, lo que en Argentina llaman “un canillita”.
−¡Se fue con el canillita! – Rama al contármelo abrió sus ojos de pájaro escandalizado.
−Qué bueno.
− ¡Cómo qué bueno! ¡Fatal! Una vergüenza para toda la familia.
Por unos instantes Ramachandra Gowda fue Ramu Güiraldes, y señaló el escándalo con dedo de barrio norte.
−Pero Rama, esa mujer era una romántica, imagínate lo aburrida que tendría que estar, y lo que le ofrecía el canillita, ¿te das cuenta?
− ¡No! ¡No me doy cuenta de nada! No sabés cómo lo hundió a su padre, no te das una idea del daño que hizo al pobre Tatita con esa barbaridad. ¡Lo destrozó! Hay que pensar en los demás y no tanto en uno mismo.
−Cuando hay amor no se piensa en nadie.
−Ese no es amor, es attachment (levantó ahora el dedo de brahmin).

No dije nada. Lolita tenía palpable el mismo corazón que cuando leyó Rosaura, y le habrá quedado la imagen de la pobre chica de pueblo triturada por la locomotora del tren donde iba el rico viajante coqueteando con su nueva novia. Entonces, después de años y seguramente después de varias lecturas de Rosaura que su hermano le dejó como Biblia, comprendió que su destino era ese hombre que vendía los diarios en la esquina, y ¡qué ovarios! Hay que conocer esa sociedad para tener una ligera idea de lo que enfrentó esta mujer. Lo que nunca hubiese imaginado es que Rama, “el intruso”, reaccionaría como un rancio.

Habría que pensar en los mitos, ver esta historia en los mitos asiáticos y griegos. La historia de la niña rica que se va con el hombre pobre está marcada en las estrellas y se repite en todos los países, en todas las épocas, hasta en los culebrones mejicanos, y también venezolanos. Pero la vida en sus vueltas de espiral da encuentros mágicos que ya tiene preparados, porque no puede ser casualidad lo que me contó Rama esa noche que discutimos el affaire de Lolita.

−Pero mirá las vueltas que da la vida y como el universo se ríe componiendo las cosas. Y una vez mi hijo Marcos y Amaranath, mi sobrino el hijo de Kiti, andaban viajando por el sur y en Puerto Madryn se metieron en un hotel, se registraron con el nombre de Gowda y cuando estaban comiendo en el restaurante viene el dueño del hotel , un viejo de pelo blanco y arrugas por toda la cara, y les pregunta, ¿ustedes que son de Ramachandra?, ¡Hijo! exclama asombrado Marcos. Yo soy Antín y mi esposa era la hermana de Ricardo Güiraldes.

No te das una idea, fue como si los iluminara un relámpago, y ahí mismo en el restaurante se armó todo un revuelo de lo más familiar, salieron los hijos, destaparon vinos, el viejo sacó un champán y en el medio de la mesa los hijos se sintieron primos y por ahí andaba el Ricardo Antín que había sido esposo de Esperanza.
−Ya era hora que dejaran de llamarle el canillita y darle su verdadero nombre.
−Hay un montón de cosas que no entendés –me dijo con gesto enojado.

foto: Ramachandra Gowda en su cabaña de Epuyén, trabajando interminablemente en su edición (inconclusa) de los papeles inéditos de Ricardo Güiraldes.

miércoles, 28 de enero de 2009

Reconstruyen crimen de la modelo


por Andrés Denegri*

A fines de 1990 se realiza en el Goethe Institut de Buenos Aires la muestra Video argentino curada por Graciela Taquini. El video ganador del concurso que formaba parte de esa muestra es Reconstruyen crimen de la modelo, un trabajo que hoy es referencia histórica indiscutible de la producción nacional. Realizado por Andrés Di Tella y Fabián Hofman, cuenta en sus créditos con alguien que sería un protagonista en la producción de varios programas de la TV argentina, Roberto Barandalla.

Al igual que Gabriela Golder en Vacas (más de una década después, en 2002), para realizar Reconstruyen crimen de la modelo Di Tella y Hofman se apropian de una emisión televisiva: Nuevediario; el noticiero de Canal 9, con pleno tono sensacionalista, cubre el momento de la reconstrucción de los hechos que forman parte de la investigación del asesinato de una mujer. Pero las imágenes serán trabajadas de una manera opuesta, recibirán un trato en dirección inversa al recorrido que transitan en el video de Golder. Si para realizar Vacas las grabaciones enfrentaban un proceso de desmediatización, un trabajo en sentido opuesto al que venían teniendo hasta el momento en que son capturadas de la señal televisiva, en Reconstruyen... las imágenes son empujadas hacia adelante en el camino de armado de la noticia, son forzadas en un giro más, poniendo en evidencia sus artificios al desplazarlas hacia el ámbito de la ficción. Se constituye una narración de tercer orden: el video resulta de un relato construido sobre la versión televisiva de la puesta en escena del crimen generada a partir del testimonio de uno de los implicados en el asesinato.

Durante todo el video permanecen las marcas de identidad corporativa. Con la sencilla gráfica electrónica de la época, el zócalo de la pantalla dice "Nuevediario - Primera Edición" y, por encima de esta línea y en mayúsculas: "RECONSTRUYEN CRIMEN DE LA MODELO". No sólo esta última frase --que aparece como pie de la imagen aclarando a qué corresponden los hechos en la pantalla-- permanece en el cuadro, sino que, además, se le otorga una función mayor, pasa a ser el título de la nueva producción. La emisión deja de ser medio para convertirse en materia de una obra. Un título nombra una creación, es lo que le da identidad y muchas veces propone el anclaje desde donde confrontar la obra. Los realizadores traspasarán la aparente objetividad cristalina sobre un hecho para abstraerse de él y focalizar su mirada incisiva y de carácter creador sobre la emisión de TV en tanto tal. Al recontextualizar la frase del zócalo, que originalmente señalaba la acción que el televidente miraba en la pantalla, al volverla título de su obra, los autores del video denuncian el trabajo de construcción de relato audiovisual que ejerce Nuevediario para producir la noticia. Se evidencian el armado, guionado y puesta en escena, de esta noticia y todas las demás, en este ciclo y en toda la programación televisiva, proclamando en imágenes el sentido de aquella frase dicha en un video de Jean-Michel Bruyere por un niño que vive en las calles de Dakar: "Lo que pasa en la televisión sólo pasa en la televisión". El sujeto al que se refiere el término "reconstruyen" deja de ser la policía en su desempeño judicial; ya no describe algo que sencillamente está pasando: indica ahora al medio televisivo y a los mismos realizadores del video como creadores de una narración.

Perdura también el sonido de la grabación original, el siempre agitado relato del cronista José de Zer describe en tartamudeo audiovisual lo que vemos en imagen. Pero a la banda de la emisión televisiva se suman otros elementos sonoros. Se acentúa el ruido de la lluvia, resaltando los truenos para generar el clima de novela policial. En el mismo sentido hacen su aporte las entrecortadas comunicaciones de radio entre agentes de la policía. Sonidos precisos, como el cierre de la puerta de un auto, son individualizados al limpiar el ambiente de su entorno para poder trabajarlos estéticamente. En este preciso trabajo sonoro llevado a cabo por Ricardo de Gainza se suman, además de los sonidos aparentemente diegéticos que pudieron pertenecer originalmente a la trasmisión televisiva, música de suspenso y fragmentos de diálogos capturados de películas argentinas.

La imagen es editada nuevamente, el montaje en vivo de Nuevediario es fragmentado y reordenado para desarrollar un relato de trama diferente a la versión oficial transmitida por Canal 9. En Reconstruyen..., el galán que acompaña a la víctima en el momento de su asesinato, el buen mozo del Capitán Di Nucci, aparecerá señalado como sospechoso, y el supuesto asesino, como un simple chivo expiatorio que es bajado del auto y vuelto a subir en un mismo gesto, sin participar nunca de la reconstrucción de los hechos. Para lograr esta mutación de los roles en los personajes del suceso, Di Tella y Hofman trabajan sobre la estructura del video manipulando las imágenes con un dominio pleno del relato audiovisual. Ralentización de la imagen, fragmentos con la pantalla en negro, cortes abruptos, repetición de algunos planos, recurrencia en la imagen quemada por los flashasos de las cámaras fotográficas, el lugar en que se colocan los sonidos extraídos de películas, son todas decisiones en función del diseño de un nuevo relato, un cuento policial breve elaborado a partir de la versión periodística del testimonio de una persona implicada en un homicidio.

El Capitán Di Nucci y una mujer policía, que toma el papel de la víctima, simulan el momento del homicidio rodeados de agentes, camarógrafos y secretarios del juez. El sonido de instrumentos de cuerda genera un profundo clima de tensión cuando la imagen ralentizada de un hombre, que encarna al supuesto asesino, descubre un revolver. La imagen del arma en plano de detalle se quema al sobreexponerse por el flash de una cámara fotográfica. Ese instante es acompañado por el sonido de un disparo que, obviamente, nunca existió en la reconstrucción. Sobre la pantalla en negro se escucha el grito de una mujer desesperada, que corresponde a un fragmento de audio apropiado de una película. La víctima cae al piso en seis planos con montaje elíptico y tiempo dilatado, que son producidos a partir de una única toma del registro televisivo. Con fondo de cuerdas distrosionadas, Di Nucci interpreta para su peculiar público cómo, herido de bala en una pierna, persigue al criminal y lucha con él. La reconstrucción termina. Sobre la imagen en negro escuchamos un murmullo risueño, después vemos a Di Nucci con sonrisa pícara y mirada astuta; varios hombres que lo rodean le devuelven la mueca. El protagonsita abandona la escena acompañado por la custodia policial; mientras se aleja dando la espalda a la cámara, una voz femenina típica del cine nacional lo despide: "Yo lo he perdonado ya, ahora que lo perdone Dios".

Se pone así en evidencia cómo el relato periodístico es un género más de la ficción, que construye y recorta la realidad que entra en nuestra casa a través de la cristalina pantalla de la televisión. Esa verdad indiscutible, ese mundo que está allá afuera y veo desde mi ventana electrónica, es tan real como un relato de Dashiel Hammett.

*Extracto del artículo de Andrés Denegri, "Del video a la TV: la mirada crítica", recién publicado en: Laferla, Jorge, ed. Historia crítica del video argentino, Fundación Eduardo F. Constantini / Fundación Telefónica, Buenos Aires, 2008.

Nota: Reconstruyen crimen de la modelo se puede ver como "extra" en la edición DVD de Fotografías de Andrés Di Tella, que también incluye La televisión y yo.


sábado, 24 de enero de 2009

Have we behaved like civilized men?


THE LAND OF THE DEVIL 
(El país del diablo)
Andrés Di Tella
Argentina, 2008, 75 min.

Have we behaved like civilized men? asks the white man after he has brutally crushed an entire people. EL PAÍS DEL DIABLO takes a close look at the tragic consequences of the 1879 campaign to exterminate the indigenous Ranquel people of the pampas in the "Conquest of the Desert". It seeks to name those people whose existence, both physical and cultural, was seen as a threat and later as a museum curiosity, to the Argentine nation. This film examines the ways in which the image of indigenous people has been usurped, and reinvented by the white man, and how the surviving descendants in Leubucó have reclaimed the body of their Chief, Mariano Rosas and are rebuilding their cultural identity through language teaching.
-Ilana Luna
Santa Barbara International Film Festival

Showtimes:
Metro 4
618 State St., Santa Barbara, 805-963-9503

Tuesday, Jan. 27, 10:45 a.m.
Wednesday, Jan. 28, 4:45 p.m.

www.independent.com

viernes, 23 de enero de 2009

significativos


Ross McElwee visitará Barcelona en febrero para impartir una clase magistral y presentar sus trabajos autobiográficos

La impronta subjetiva que caracteriza al actual cine de no ficción, a través de corrientes como el diario filmado, la autobiografía o el cine ensayo, nos remite sin lugar a dudas a la figura de Ross McElwee, cineasta pionero de las “escrituras del yo”. El suyo es un cine en el que conviven, no sin tensiones, la memoria familiar con la historia colectiva, las tribulaciones personales con los problemas sociales, la vida y la obra. Haciendo gala de una sutil ironía y un inteligente sentido del humor, en su cine, McElwee zigzaguea de forma magistral de lo personal a lo político y viceversa, siendo un referente ineludible y uno de los ensayistas más brillantes del cine actual. Estamos ante un cineasta que ha abierto la senda del documental subjetivo por el que hoy transitan directores tan significativos como Alan Berliner, Andrés Di Tella o Avi Mograbi.

Del anuncio de la visita de  Ross McElwee a Barcelona: ver el resto aqui.



suden


Suden, la película de Gastón Solniki, se da en el MALBA hoy viernes y mañana sábado a las 22hs. Yo la vi la semana pasada. Vale la pena.

Hacer doble clic en la imagen para ver a pantalla completa.

miércoles, 21 de enero de 2009

Gracias por acompañar al Guasón


La otra noche llegamos de vacaciones, en el ferry, pasada la medianoche, y aunque exhaustos, no podíamos dejar de pasar a darle un abrazo, por su cumpleaños número 70, a Edgardo Cozarinsky. Ahora acabo de recibir la foto del abrazo, tomada por Sebastían Freire, donde se advierte el cansancio de la hora, visible en mis anteojos rotos y en los restos del maquillaje con que Edgardo se "caracterizó" como El Guasón (el rouge se debe a chupones que Edgardo condenscendió a recibir de sus amigas).

No lo veo tanto como quisiera, pero la presencia de Edgardo en Buenos Aires es una íntima fuente de felicidad. En primer lugar, por lo estimulante (y divertido) que es hablar con él y por los descubrimientos a los que te abre. Todavía me dura la revelación que me produjo en su momento (¿hace veinte años?) La guerra de un solo hombre, su extraordinario ensayo documental sobre la ocupación nazi de Paris que hace poco "rescatamos" en Princeton. Y Edgardo siempre recuerda que fue a partir de la retrospectiva de su obra cinematográfica que yo programé en uno de los primeros BAFICI que empezó a entrar en contacto con un público nuevo y con otras generaciones, después de haber pasado "un par de décadas" en Paris, en cierto aislamiento.

Por su obra polimorfa y por su múltiple e imparable actividad, como novelista y ensayista, cineasta, dramaturgo y director de teatro, regisseur y actor, milonguero y charlatán, etc, es un ejemplo para mí y, calculo, para muchos. 

Rescato de los "archivos" de Fotografías el comentario que dejó Edgardo a una entrada mía, que también reproduzco parcialmente:


En el prólogo de Anatomía de la Melancolía de Robert Burton, que me compré hoy motivado por el comentario del lunes de Germán García, encuentro esta definición: Freud consideraba a la melancolía un estado de duelo indefinido en el cual no se logra determinar qué es lo que se ha perdido.
Publicado por Fotografías en 28.8.08  

1 comentarios:

Edgardo dijo...
¿Qué es lo que se ha perdido? Todo. Creo que el mero hecho de vivir es ir perdiendo: la inocencia (leer, si se quiere, las ilusiones, sobre uno mismo en primer término), los seres queridos, el tiempo, la vida... Por eso la única manera de combatir la melancolía es evitar la nostalgia. Nada de lamentar lo que se fue, en cambio trabajar sin parar: para llenar los días, la cabeza, ¿el corazón? Lo único que me anima proponer este remedio es haber llegado muy activo a los 69 años de edad con un catálogo de perdidas enciclopédico.

El correo que me trajo la foto dice, simplemente: "Gracias por acompañar al Guasón".



lunes, 19 de enero de 2009

diálogo sobre montoneros x facebook


Pola Oloixarac at 7:38pm January 16
vengo de comprarme tu combo montoneros+macedoño!!

Andrés Di Tella at 8:23pm January 16 via Facebook Mobile
14.99 pesos? Casi más barato que bajarlo de internet...

Pola Oloixarac at 12:09pm January 17
nah, 26 pé! worth every penny. Voy a decir algo que ya es trivial, pero Montoneros... es totalmente formidable, el documental más límpido y complejo sobre ese corte de tiempo, entrelaza las pasiones del amor y la política como ningún otro. El final, con Ana y el cierre de su historia, es el mejor final que ví en mucho tiempo, Andrés sos un geñoo, nos que también vamos a morir te salutamus

Andrés Di Tella at 12:40pm January 17
Yo mismo me compré un ejemplar en Blockbuster el otro día por 14.99... ¡para aumentar las ventas! (es un bestseller) Pero Pola: ¡me encantan las cosas triviales que decís! No, en serio, ¡chas gracias! No sabés lo feliz que me hacen tus palabras. Una película que me trajo muchas "satisfacciones" pero también algunas críticas duras...
Mientras tanto, me voy silbando bajito hasta el banco a cobrar las regalías correspondientes por tus 26 pesetas.

Pola Oloixarac at 12:16pm January 19
es que seguro es más fácil de verla ahora que en el 95 cuando se estrenó, cuando la crítica carecía, digamos, del entrenamiento que vino después y narrar cruzando intimidad e historia objetiva no era una opción formal que nadie se planteara; en la peli ya aparece como un lenguaje completo, como un libro complejo dentro de ese lenguaje que apenas se balbuceaba (y de perillas para el tema). bueno, otro día conversamos más, te mando un gran beso y todas mis reverencias!!
po

Andrés Di Tella at 12:43pm January 19
Bueno, gracias otra vez por tus palabras generosas ("país generoso"). No se me había ocurrido esa forma de ver el problema, aunque seguramente hayas dado en la "tecla". Siempre pensé que se trataba más bien de una cuestión política, que a alguna gente la película le resultaba insoportable por lo que DECIA de los montoneros, o mejor dicho, por lo que los montoneros decían de los montoneros (y no Mariano Grondona). Pero tenés razón. Creo que lo que más molestó fue cuando Ana dice que se metió en los Montoneros porque eran los más lindos, mientras que los del PC tenían granos. "¿Y quién es Ana?" se preguntaron muchos, igual que Ana en ese final que te gustó tanto. En fin.

Me vas a disculpar, pero esto va directo al blog... ok?
besos
A

Pola Oloixarac at 2:14pm January 19
ay... qué honor!!! dale, testeemos estas teorías con tus lectores y fans :)
+ besos, po

Andrés Di Tella at 2:18pm January 19
ah, "qué HONOR"!
Primero leí: "ay... qué horror!!!"
Algo habré hecho...
Pero... "teorías"?
Ah, capisco, chivo para tus "Teorías salvajes"...

Pola Oloixarac es escritora. Acaba de publicar una novela, Las teorías salvajes, y mantiene el blog Melpómene Mag.

secuencia


por Alejandra Almirón

Durante un tiempo concurrí a un psicoanalista al que tuve que dejar por ser muy bueno. Me dijo muchas veces algo que no comprendí del todo: "el oficio que elegiste no es otra cosa que una consecuencia de tu neurosis".

Cambié de terapeuta y no logré descubrir qué patología me convirtió en editora o mejor montajista, que es una palabra con más volumen y lo asocio con máquinas grandes, como una locomotora o una ensambladora de autos.

Hace muchos años conocí el edificio donde funcionaban los laboratorios Alex. En los pasillos y sótanos había toda clase de objetos abandonados que habían formado parte de una supuesta época industrial. Ví por primera vez a las moviolas, bastantes destartaladas, que lucían misteriosas e intimidantes.

Supuse que para operarlas se necesitaban al menos dos cualidades que yo no tengo: reflejos y coordinación. Nunca sabré que tipo de relación se establece con una moviola. ¿Te da más tiempo para pensar? ¿Se puede con ella hacer infinitas versiones de una secuencia?

Sí sé de mi relación con el Final Cut. Se apropia de mi estructura mental y no existe cosa que no pueda estar dentro de un timeline. Lo que sueño está dentro de su interfaz o las cosas que veo en la calle o las conversaciones que tengo ocasionalmente, ocupan tracks, se funden, se separan, se mezclan en líneas, se producen sobreescrituras, arrastres, sustituciones. Quizás la tecnología, tan veloz, se lleve de maravillas con las asociaciones de ideas y las intuiciones. Por ahí te resta disciplina, quién sabe.

¿Escuchamos cuidadosamente a los directores?
¿Nos apropiamos de sus relatos?
¿Por qué no somos guionistas?
Pensándolo bien, todos los editores debemos ser un poco autistas.

Cuando me dedico a mis proyectos pienso: "ni loca dejo que uno de estos sujetos se meta con mi película". ¿Exagero un poco? No lo creo y te digo: "nunca confíes del todo en ellos o directamente no confíes".

Me acuerdo otra vez de mi ex psicoanalista y su acusación.

Negro con placa: "cuando tenía siete u ocho años".

Toma secuencia. Plano general. Una niña con unas tijeras, corta las viñetas de varias historietas, las mezcla, las agrupa, la mayoría son eliminadas.

Los cuadraditos que sobreviven son pegados en una cartulina, formando una secuencia.

Alejandra Almirón es cineasta. Dirigió El tiempo y la sangre. Hizo el montaje de mis películas El país del diablo, Fotografías y La televisión y yo y el de muchas otras, entre ellas Los rubios, Yo no sé qué me han hecho tus ojos y El café de los maestros.


viernes, 16 de enero de 2009

El filósofo, el pintor y el profesor de montaje


por Manel Barriere Figueroa

Discutí con mi profesor de montaje. Nos enzarzamos en un cara a cara: el avid frente a la moviola. Yo había trabajado con ambos artefactos. Mi profesor no. Sus argumentos para defender la vieja mesa de montaje con copión están muy gastados hoy en día, sin que por eso dejen de resultar pertinentes (quien sienta interés puede leer el maravilloso libro de Walter Murch, En el momento del parpadeo). Cuando montó su segundo cortometraje, en avid, mi profesor se convenció: no hay nada como darse de bruces con una dosis de praxis de la buena.
 
Ha llovido mucho desde entonces. El debate sobre los artefactos es una constante en la modernidad. Eficiencia o artesanía, rapidez o reflexión, democracia o tradición, arte o rentabilidad. Debates que a veces discurren paralelos a la realidad, sin tocarse siquiera. El documental cinematográfico tal vez se encuentra hoy en día en esa misma encrucijada. Entre la televisión y el cine, entre el cine y el museo. Pero, ¿es una película esto que estás montando? ¿O es un documental? Las preguntas de los allegados que no forman parte de este mundo de la cinefilia y la cinefagia, ponen en evidencia un imaginario colectivo ajeno a nuestras tertulias de corrillo frente a la filmoteca. Mi suegra sabe muy bien qué es una película y qué no lo es. Por eso Nadar, el documental de Carla Subirana que monté antes del verano pasado, le gusta, pero le choca su ritmo reflexivo y aquellas secuencias que la alejan del documento televisivo.
 
Ahora estoy en pleno proceso de montaje de un documental titulado La mano azul, de Floreal Peleato. Me enfrento otra vez a la principal labor del montador, a lo ineludible: el orden. Ordenar el material, distribuir en carpetas, crear un sistema lógico y práctico que te ayude a entender mejor, a visualizar mejor, a acceder mejor a los momentos clave que emergen de entre horas y horas de material rodado. Del orden nacerá el significado, la narración, el discurso. El orden es para el montador lo que la estructura para el guionista, si es que hay alguna diferencia entre un montador y un guionista.
 
Tal vez exista una cierta relación dialéctica entre ordenar y encontrar, entre buscar y dejarse arrastrar por el incontenible flujo de la realidad filmada. Con Nadar trabajamos sobre un corcho en el cual pegamos fichas de colores, cada una de las cuales representaba una secuencia de la película. Era como intentar elaborar un discurso coherente directamente del caos de los recuerdos, de la desintegración de la memoria, del paso inexorable del Angelus Novus (cuadro de Klee alrededor del cual Walter Benjamin articula su IXª tesis sobre el concepto de historia), esa tempestad llamada progreso. En su VIª tesis, Benjamin describe muy bien lo que pretendimos con Nadar: “Articular históricamente el pasado no significa conocerlo tal como fue en concreto, sino más bien adueñarse de un recuerdo semejante al que brilla en un instante de peligro.”
 
La mano azul es diferente, aunque deberé esperar a terminarla para empezar a comprenderla. Intuyo que nos movemos en otro terreno, donde el orden emana de un proceso documentado, pintar un cuadro: del lienzo blanco a la firma, y nuestro trabajo consiste en dejarnos llevar, descubrir, encontrar a medida que la imagen se nos revela como la resurrección de un instante preciso, precioso. El gesto y la mirada contienen en sí mismas el germen de la inmortalidad. Eso es lo que le ha enseñado un pintor a un montador.


Manel Barriere Figueora es cineasta. Vive en Madrid.

fotos: 1. Nadar de Carla Subirana, editada por Manel (en lo alto); 2. Manel Barriere Figueroa (arriba).

Ozu por Chris Ware


Homenaje a Jasujiro Ozu por Chris Ware, autor de Jimmy Corrigan, the Smartest Kid on Earth y uno de los grandes comiqueros de la actualidad. Lo hizo para el programa de una retrospectiva de Ozu en Los Angeles.


jueves, 15 de enero de 2009

India fantasmal


India fantasmal
(L'Inde fantome)
de Louis Malle
1969, 54 min

Presentación: Andrés Di Tella

"De no haber hecho Louis Malle otra película que India Fantasmal, igual le habría correspondido un sitio de honor en la historia del cine" - Richard Peña

Oportunidad única de ver el legendario documental de Louis Malle sobre la India, al aire libre...

También se exhibirá el clásico de Jean Rouch, Les maitres fous (1956, 26 min).


HOY jueves 15 / 21 horas
CANASTA
Delgado 1235, Colegiales



fotos: Louis Malle filmando la India.

Esquina de Buenos Aires en enero


Mi barrio era así.
Así... así... así.
Es decir,
qué sé yo si era así.
-Anibal Troilo, Nocturno a mi barrio.

miércoles, 14 de enero de 2009

Una manera de empezar el año



Fragmento de la película Videoletter (Shuntaro Tanikawa, Shuji Terayama, 1983) proyectada en DocLisboa 2008 en la sección ‘Diarios filmados y retratos’ comisariada por Augusto M. Seabra: “Remarcable compilación que sigue el intercambio de video-cartas que se produjo entre dos prominentes artistas japoneses, Shuntaro Tanikawa y Shuji Terayama, en los meses anteriores a la muerte del primero. Vídeos caseros que construyen una experiencia lírica y crepuscular, algunas veces emotivos, otras extravagantes, donde ambos artistas reflexionan sobre la filosfía, el talento, la sabiduría o la muerte.”
Por cortesía de Blogs&Docs