viernes, 19 de febrero de 2010

¿Y ahora qué hago?

A propósito del "resbaladiso territorio del documental" de la entrada anterior, acabo de recibir un par de buenos "twits" de Errol Morris. Traduzco:

1. ¿Por qué a todos les cuesta tanto hacer una distinción significativa entre el documental y la ficción? (¿Será porque no hay ninguna?)

2. Creo que la diferencia está entre lo que se controla y lo que no se controla. Y hay elementos de ambos factores en todas las películas.

3. Supongo que debería seguir haciendo no-ficción. ¿Quién, si no, va a hacer mis películas? (Ojalá pudiera contratar a alguien).

4. Mi amigo Charlie dice que existe una única pregunta filosófica verdadera. ¿Y ahora qué hago? (No estoy seguro de poder contestarla).

Thought Experiment #2

Aquellos obsesivos que no tienen nada mejor que hacer (y que leen inglés...) pueden chusmear el irresistible blog de Errol Morris, donde el director de The Thin Blue Line y The Fog of War discute estas cuestiones hasta límites insospechados. De ahí tomamos la/s imágen/es de arriba.



7 comentarios:

girlontape dijo...

es un poco lo que decía la breillat - contra la pared, existencialismo puro

Melisa Aller dijo...

Que interesante el link... ! Gracias Andres, por estos aportes! Como ya una vez te postee, siempre aprendo mucho leyendo tu blog!!
Saludos, Melisa

Alejandra Almirón dijo...

Mi afirmación filosófica: "no tengo la menor idea sobre lo que estoy haciendo pero lo sigo haciendo"

Oscar Cuervo dijo...

Ficción y documental son etiquetas. Valen tanto como los tags que uno les pone a los posts, o sea: no ayudan demasiado para comprender el sentido de una obra, aunque la pregunta en sí misma es productiva.
Cualquier película tiene algo de alucinación (hasta el documental más adusto) y huellas de la luz que entró por la cámara (hasta la más disparatada fantasía documenta algo). Según cuál de los dos elementos predomine, se los clasifica de una u otra manera.

Ver ahora los fragmentos censurados del dúo Sarli-Bo en CARNE SOBRE CARNE tiene un valor documental involuntario probablemente a la hora en que esos fragmentos fueron filmados.

Y en cuanto a las preguntas filósoficas, propongo una segunda: ¿es necesario que ahora haga algo?

Fotografías dijo...

Girl: mmm... (pensando) Morris es como el filósofo del cine, de hecho, creo que se doctoró en filosofía o, mejor dicho, mientras hacía su doctorado empezó a trabajar de acomodador en el Pacific Film Archive de Berkeley y terminó dejando la filosofía por el cine... But did he really?

Gracias Melisa, saber que está leyendo también es un estímulo para seguir volcando lexturas, anotaciones, etc, acá, en vez de dejarlas encerradas en mis libretitas.

Ale: buena filosofía la tuya...

Fotografías dijo...

Oscar: de acuerdo, de acuerdo, pero no sé por qué, no me resigno a abandonar el documental, ni a decir que no existe ninguna diferencia entre ficción y doc. Tal vez se trate simplemente de una cuestión de "grados" de documentalismo, como vos decís. Pero creo que hay una especie de pacto documental entre cineasta y espectador y a la vez cierta responsabilidad, que tiene que ver con que estamos hablando de personas reales, con nombres propios y situaciones concretas. Es decir, hay una ética que es propia del documental.

Ultimamente, estoy pensando que la diferencia entre cineastas-de-ficción y cineastas-documentalistas es una cuestión de tradiciones. En qué tradición te ubicás como artista. Personalmente, me siento bastante incómodo con el tag de documentalista, y creo que mis propias películas poco tienen que ver con la mayoría de los documentales que se hacen. Sin embargo, por otra parte, tengo un sentimiento de pertenencia con la tradición histórica del documental, o en todo caso, con cierta tradición. Y siento como propias las cuestiones que se ponen en juego y se debaten dentro de esa tradición, desde Dziga Vertov hasta Errol Morris. No sé, me siento como en casa. A veces incómodo y a veces con ganas de salir de viaje, pero en casa.

qué sé yo...

Oscar Cuervo dijo...

Claro, yo no creo que simplemente haya que abandonar estas categorías, porque aún en los casos indecidibles la pregunta por los límites es productiva. Pero vos viste que entre cultores del cine de "ficción" como Rosellini, Bresson o Rohmer, por solo citar tres casos, ellos también se plantean una ética de respeto por lo real. Creo que tus últimas películas tienen algo de Moretti e incluso de Allen. Por ejemplo, el malestar que sufrís al llegar a la India me hizo recordar algún ataque de hipocondría de Annie Hall. Yo como espectador no puedo llegar a saber qué grado de ficcionalización hay ahí (e incluso, qué grado de ficcionalización hay cuando en la vida uno "somatiza" cierto malestar), pero esa escena me llevó a pensar en aquella otra.

Por último, es evidente que en los últimos veinte años se han hecho muchas películas que están a uno y otro lado del borde, con resultados más que interesantes (Sokurov, Guerin, Jia Zhang-ke, Erice, Mograbi, para citar algunos casos)

saludos!