domingo, 16 de enero de 2011

Mi Buenos Aires querido cuando yo te vuelva a ver...


Este blog entra en vacaciones. Continuará...

fotografía: Lucía Vasallo

"El país del diablo" en el país del diablo


PROYECCION

domingo 30 enero 2011 · 20 hs


Las ramas de los árboles
El día que te escribo
Algo pasa en potosí
—de Victoria Sayago

Al lado del río
Líneas en un punto
—de Bruno Stecconi

Lux Taal
—de Claudio Caldini

El país del diablo
—de Andrés Di Tella


gratis
intervalos con música, sorteos y comida
se suspende por lluvia

San Martín y Saavedra, Médanos


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LUX TAAL



EL PAIS DEL DIABLO








VIAJO

fuente: tosto


dibujo de Estanislao Zeballos



sábado, 15 de enero de 2011

El ególatra sincero


por Antonio Muñoz Molina

Reseña de Antonio Muñoz Molina (que podría suscribir) sobre la autobiografía de Claude Lanzmann, La liebre de la Patagonia, recién publicada en español. (Una de mis lecturas del 2010).

Lo único tan exagerado como la vida de Claude Lanzmann es el relato que el propio Lanzmann hace de ella. Escribo vida en singular y me doy cuenta de que esa palabra se queda corta por comparación con todas las peripecias que caben en ella y con el torrente verbal que se despeña sobre uno desde el momento en que abre el libro hasta que lo deja, extenuado, ahíto, entusiasmado, irritado, muchas horas pero no muchos días después. Escribo torrente y también me quedo corto: la autobiografía de Claude Lanzmann es una catarata de palabras y nombres, un alud, una deflagración de acontecimientos, descripciones, chismes, digresiones descabelladas, y mientras uno lee en ella varias páginas dedicadas al funcionamiento y la historia de la guillotina o a las proezas de alpinismo o de vuelo sin motor o a las intrigas eróticas entre Jean-Paul Sartre y sus diversas amantes simultáneas o a las luchas internas por el poder en el seno de la resistencia argelina contra Francia, uno no sabe qué es más asombroso, si la energía física y verbal del que cuenta la historia o el esfuerzo del traductor, Adolfo García Ortega, por trasladar al español esa sobreabundancia mareante.

      La liebre de la Patagonia

      Claude Lanzmann.

      Traducción de Adolfo García Ortega.

      Seix Barral. Barcelona, 2011. 524 páginas. 24 euros.

      La noticia en otros webs

      Claude Lanzmann dictó estas memorias en lugar de escribirlas: leyéndolas nos parece escuchar una de esas voces que no callan nunca, a las que nunca les falta un suministro de saliva ni de nuevas historias, casi todas las cuales, en el caso de estos grandes habladores, giran en torno a ellos mismos. Hay muchos ególatras desatados que hablan porque no escuchan. La diferencia es que Claude Lanzmann es un ególatra que tiene muchísimas cosas que contar. También es una de esas personas que exhiben con toda desenvoltura sus propios méritos y carecen de prejuicios a la hora de citar literalmente los elogios que han recibido. Luchando en la resistencia contra los alemanes logra una proeza y los dirigentes clandestinos del Partido Comunista lo felicitan declarando que nadie ha hecho nada parecido. Redacta un trabajo en el Instituto o termina en la universidad su tesis sobre Leibniz y las autoridades correspondientes se deshacen en parabienes y le dan las calificaciones máximas. Escribe un reportaje sobre un asesinato cometido por un cura rural en los años cincuenta y es celebrado como la mejor investigación que se ha hecho nunca sobre el tema, y cuando el propio Lanzmann lo revisa medio siglo después le satisface comprobar que no ha perdido su actualidad ni su agudeza. Con sesenta y siete años se monta por primera vez en un avión de caza israelí que alcanza una velocidad de 2.500 kilómetros por hora y el piloto lo felicita por su temple inaudito e incluso le permite manejar los mandos. Durante unas maniobras en el desierto del Sinaí Claude Lanzmann, que está rodando un documental, conduce un carro de combate y dispara con plena puntería y en plena marcha a un blanco móvil.

      Claude Lanzmann es eso que en inglés se llama un namedropper, alguien que no puede hablar tres palabras sin dejar caer los nombres de las celebridades a las que ha conocido o que lo han alabado. Pero no es un namedropper cualquiera, en un arte en el que hay tanta competencia: Claude Lanzmann es el namedropper por antonomasia, el campeón exagerado del conocimiento próximo y muchas veces íntimo de algunos de los nombres propios más llamativos del siglo XX. Que fuera el amante de Simone de Beauvoir mientras Sartre se acostaba con su hermana Évelyne a espaldas de sus otras amantes oficiales es a estas alturas casi una nadería. Claude Lanzmann acudió con urgencia a consolar a Simone Signoret cuando ésta se enteró de que Ives Montand estaba engañándola en Los Ángeles con Marilyn Monroe. En Corea del Norte fue huésped de Kim Il Sung y discutió con él sobre disidentes encarcelados durante una cena. En la guerra de Argelia caminó durante muchas horas junto a los rebeldes por el desierto mientras caían las bombas de la aviación francesa y debatió en plena confianza con Ben Bella, Buteflika y Bumedian sobre el futuro del país después de la independencia. Mientras entrevistaba a Sofia Loren a las seis de la madrugada Carlo Ponti acechaba celoso en la habitación contigua. Volvía en barco de Israel en 1952 cuando estalló la tempestad más grande registrada en el Mediterráneo en los últimos siglos; con los pasajeros y la tripulación aterrados y vomitando por todas partes, sólo el capitán del buque y Claude Lanzmann se mantuvieron serenos y lograron entre los dos salvarlo del naufragio. En El Cairo, en 1967, unos días antes del comienzo de la guerra de los Seis Días, compartió horas y horas de franca conversación con el presidente Nasser, y con Sartre y Beauvoir, también invitados al encuentro. En Pekín no llegó a encontrarse con Mao ni con Zhou Enlai, pero sí, satisfactoriamente, con Chen Yi, ministro de Asuntos Exteriores, con el que estuvo hablando durante cinco horas, rodeado de intérpretes y de silenciosos funcionarios que tomaban notas. Fue a él, Claude Lanzmann, a quien se le ocurrieron los títulos de varios libros de Simone de Beauvoir, y quien llevó a Sartre a conocer a Franz Fanon y lo convenció para que escribiera el prólogo legendario, y bastante vergonzoso, a Los condenados de la tierra. El primer novio de su hermana fue Gilles Deleuze. Cuando ella se suicidó en 1966 el velatorio duró diez días. Acudieron a él las mayores figuras intelectuales y políticas de Francia y el olor acabó siendo tan perceptible que ni las flores de las coronas lo disimulaban.

      En medio de esta marabunta, dos cosas imborrables resaltan: con 18 años, Claude Lanzmann fue un héroe de la Resistencia; y hacia 1973 concibió un proyecto en el que iba a trabajar durante doce años, y en el que quizás por primera vez ejercitó al máximo y con plena lucidez, obstinación y provecho su vocación por la desmesura. No sé si existe otra película tan larga como Shoah, que dura algo más de nueve horas. De lo que estoy seguro es de que nada en el cine ni en la literatura testimonial se parece a ella.Shoah es el documental más abrumador que se ha hecho nunca sobre el exterminio de los judíos de Europa, y también el último, porque ya quedan cada vez menos supervivientes y testigos. Sólo alguien tan desaforado como Claude Lanzmann podía atreverse y empeñarse durante tanto tiempo en una película que además de un documental austero y solemne es un monumento al dolor humano, un atisbo de las oscuridades más innombrables de la crueldad y la vergüenza. Y cuando Lanzmann cuenta, en la última parte de sus memorias, los años que dedicó a la investigación y al rodaje, su egolatría casi cómica se eclipsa, porque las personas a las que busca y con las que consigue hablar le importan más que él mismo: un verdugo nazi apaciblemente jubilado, un barbero judío que vio las cámaras de gas y al que Lanzmann le sigue el rastro por un vecindario devastado del Bronx... Sólo por llegar a esas páginas ha valido la pena atravesar las marejadas de palabras y nombres, este monólogo de un egocentrismo tan sincero que roza la inocencia.


      fuente: elpais.com



      miércoles, 12 de enero de 2011

      Manoel de Oliveira, 102 años...



      Manoel de Oliveira, el legendario director de cine portugués, nació en Oporto en 1908. Es decir: ¡tiene 102 años! Y sigue en plena actividad. En este registro de 2008 recién estaba por cumplir 100...

      levantado del facebook de Edgardo Cozarinsky


      martes, 11 de enero de 2011

      arte


      Autor de la reseña: Josefina Zuain
      Muestra: Marta Minujín. Obras 1959-1989
      Espacio: Malba
      Artista(s): Marta Minujín


      Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte. Arte.



      domingo, 9 de enero de 2011

      Pasión de multitudes en el MALBA






      Domingo por la tarde, MALBA. Visita guiada de la muestra de Marta Minujín. Guía: Marta Minujín. El arte se toma un baño de multitud. Minujín anunció por su megáfono: "El arte pop es como un chicle bazooka que hace pop".

      Marta Minujín. Obras 1959-1989
      MALBA
      Hasta el 7 de febrero.

      jueves, 6 de enero de 2011

      un desconocido por otro

      Otra típica lectura de un servidor: la biografía de un escritor que no leí, escrita por otro escritor que no leí. Like A Fiery Elephant: The Story of BS Johnson de Jonathan Coe. Coe es un novelista inglés bastante reconocido, que pertenece a la generación inmediatamente posterior a la del llamado dream team (Jorge Herralde dixit) de Martin Amis, Salman Rushdie, Ian McEwan y Julian Barnes. Seguramente, por eso mismo, quedó relegado en mis lecturas (confieso que a los otros sí los leí ampliamente). Alguna vez me recomendaron El club de los canallas (“The Rotter’s Club”) que habla de la vida en Inglaterra en los años 70 -I was there- pero no lo llegué a leer. De BS Johnson apenas llegué a abrir algún libro pero, sobre todo, me quedó grabado uno de sus títulos de los años 60: Aren’t You Rather Young To Be Writing Your Memoirs? (“¿No eres demasiado joven para estar escribiendo tus memorias?”). Ese título anticipó, para mí, lo que sería años después una de las corrientes más importantes de la literatura actual. Johnson escribía novelas pero pensaba que la “novela” no tenía que ir necesariamente de la mano con la “ficción”. En una de sus primeras novelas (que no leí), Albert Angelo, Johnson dibuja un personaje autobiográfico apenas disimulado (lo hace arquitecto en vez de escritor). Pero interrumpe la historia por la mitad: “fuck all this lying!” Y continúa: “qué sentido tiene disimular, mentir… quiero contar la verdad, toda la verdad sobre mí… si empiezo a contar historias me alejo de la verdad de mi verdad y eso no es bueno”.

      En otra novela, que trataba sobre la muerte de un amigo, Johnson insistió en que el libro debía ser publicado en capítulos sueltos que venían en una caja, para que el lector eligiera en qué orden leerlos, reproduciendo así el funcionamiento caprichoso de la memoria (foto arriba). En otro libro, algunas páginas venían con agujeros, para que el lector pudiera adelantarse y leer alguna frase de la página siguiente. También hizo películas o, mejor dicho -rareza británica- programas de televisión experimentales, uno de ellos legendario, grabado apenas dos semanas antes de morir, Fat Man On A Beach, que ahora, milagrosamente, puede verse en YouTube (ver abajo). Como habrán de imaginar, Johnson nunca tuvo demasiado reconocimiento en vida –se suicidó en 1973 a los 39 años- y da pena leer sus numerosas cartas a editores, reproducidas en Like a A Fiery Elephant, donde se queja por la falta de consideración y repite, una y otra vez, las mismas frases de alguna crítica favorable, por parte de los mismos críticos que despreciaba. Liniers diría: Cosas que a lo mejor le pasaron a Picasso.

      Como no podía ser de otra manera, la biografía de Coe tampoco es una biografía normal, porque Coe no es un biógrafo sino un novelista y porque BS Johnson no fue un novelista cualquiera sino un novelista experimental. Según una crítica reproducida en la contratapa del libro, “es como si Paul McCartney hubiera escrito una canción sobre John Cage”. Coe piensa en Johnson como un personaje. Y su historia tiene que ser tan poderosa como la de una novela, con giros inesperados en la trama (por más que el final se sabe de antemano). Pero tampoco se permite inventar nada. Todo -aún las especulaciones sobre los agujeros negros de la vida de Johnson- está basado en documentos y testimonios. A la vez, Coe no siempre le cree a Johnson y esto da para una especie de tensión dramática entre biógrafo y biografiado. Se produce un ida y vuelta muy interesante -acorde con el espíritu crítico del novelista experimental- entre el deseo de contar una historia y la imposibilidad, finalmente, de conocer la vida de otra persona. El epígrafe de la biografía, parádojico, es del propio Johnson: “Telling stories is telling lies”.

      -Andrés Di Tella


      miércoles, 5 de enero de 2011

      ¡Habla Aira!



      César Aira habla de Amalia de José Marmol, en el contexto del Encuentro de Literaturas Americanas de Rosario. Octubre 2010. Lo posteo aqui porque es infrecuente ver/escuchar a Aira. (Dura 8 minutos).


      lunes, 3 de enero de 2011

      año nuevo político

      A las cinco de la mañana fuimos recogiendo las copas -¡y los libros!- que circularon durante la larga charla política de año nuevo en el hospitalario jardín de Tommy Barban y La Novia del Coronel Kurtz. La bibliografía, wikileakeada de la mesita de luz de Cristina: En torno a la política de Chantal Mouffe, La voluntad del "gorila" (desde hace un par de semanas) Caparrós... e incluso El pensamiento del peronismo, que no viene con todas las páginas en blanco (como aquel libro sobre la filosofía de Carlos Menem...) sino con prólogo nada menos que de Torcuato Di Tella, aka L'Ambasciatore aka Papá. Desde las 10 de la noche hasta las 5 de la madrugada... discutiendo de política, sin parar. Algunos temas de la agenda: Beatriz Sarlo y el diario La Nación, el rol del sindicalismo en la ubicación política del peronismo (según TDT, lo ubica a la izquierda; según otros, al revés), las armas secretas del Secretario de Comercio Interior, el carácter (y el aspecto) del ex ministro Martín Lousteau, las teorías sobre quién tiene la oreja de Cristina, el costo de poner una unidad básica, la historia reciente del peronismo, Mariano Ferreyra y el Parque Indoamericano, el dinero que (no) se pudo llevar del país este año Telefónica... Creo que todos quedamos debidamente crispados (ver foto abajo). ¡Qué año que se nos viene, Mamita!