miércoles, 12 de septiembre de 2012

la moneda


En un pueblo lejano de la China antigua vivía un hombre feliz, un hombre que no tenía momentos de plenitud sino que disfrutaba cada minuto de su vida. El emperador del reino, envidioso, llamó a sus sabios y les encargó destruir la felicidad de ese hombre. Los sabios fueron hasta el jardín del hombre feliz y tiraron allí noventa y nueve monedas de oro. El hombre las fue guardando en una bolsa de arpillera. Luego pensó: “falta una moneda”. Y siguió buscándola: amargado el resto de su vida por no poder encontrar ésa que no existía. Las historias que nos aparecen delante suelen tener noventa y nueve monedas. Parte de nuestro talento como cronistas consiste en buscar la número cien para darle al lector una ilusión de completitud. Es como el mago que muestra el mazo de cartas, deja una moneda detrás de la oreja de un chico, y parece olvidarse, sigue haciendo trucos, interactúa con el público y, en algún momento, vuelve a acercarse. Del lugar donde había dejado la moneda, de detrás de la oreja, ahora saca una paloma. Con el truco pendiente, consigue un cierre de sentido.
-Juan Villoro

fuente: www.revistaanfibia.com



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